Múltiples formas geométricas de tonalidades heterogéneas aluden a la pluralidad cultural en los distintos rincones del mundo. La simbiosis entre el graffiti y el acrílico evidencia como dos técnicas aparentemente opuestas conviven a la perfección, logrando una obra original con altas dosis artísticas.
Una alegoría que sugiere que la diferenciación cultural puede entenderse como punto de unión de una sociedad más diversa, plural y moderna. Un lugar de aprendizaje mutuo, de entendimiento y de riqueza sociocultural.
Mediante el mejor street art, se rinde homenaje a la unicidad de nuestras raíces, nuestras tradiciones y costumbres y hace un llamamiento a sentirnos orgullosos de la singularidad cultural de nuestra procedencia. La moto refleja ese viaje alrededor del mundo, recorriendo km, visitando lugares mágicos y descubriendo nuevas culturas, sin dejar de recordar nuestros orígenes, así como aquellos instantes que marcaron nuestras infancias.
Javier Lobo:
Influenciados por el encanto de los alebrijes mejicanos, donde fauna y flora son generosas, y sus raíces más profundas indígenas les invocan, en busca de protección y sabiduría. Aquí, a miles de kilómetros de distancia les invocamos también a nuestra manera, poniendo en valor nuestra fauna ibérica, única en la tierra, con el señor de los bosques, nuestro querido lince ibérico.